En la actualidad existe un abuso en el consumo de azúcar que untamente con los excesos en grasas y sal, están relacionadas con diversas enfermedades como la diabetes, la obesidad, el riesgo cardiovascular o la caries, entre otras.

Los azúcares son sustancias que se añaden a bebidas o alimentos que son una fuente importante en la ingesta energética. Si se consumen en exceso son perjudiciales para la salud, ya que la recomendación es que sólo el 10% de las calorías diarias deben provenir de los azúcares. En las últimas décadas se ha triplicado el consumo mundial de azúcar. Concretamente en España el consumo medio duplica la cantidad que recomienda la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Debemos distinguir entre “azúcares libres”, que son los que están presentes en la mayoría de los alimentos y que son añadidos por fabricantes, cocineros o consumidores y los “azúcares intrínsecos", que son los que están presentes de forma natural en alimentos como frutas o verduras frescas y que no son perjudiciales para la salud general El principal problema estriba en la dificultad de controlar la cantidad de azúcar presente en los alimentos que consumimos, que hay que sumar al que llevan los alimentos de forma natural, lo cual representa que superemos los límites establecidos.

El exceso continuado puede producir obesidad, lo cual puede llevar a otros problemas de salud como un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes…

El azúcar y la cavidad bucal

El consumo excesivo de azúcar favorece la presencia de bacterias que convierten los azúcares en ácidos, alterando la mezcla de bacterias presentes en la boca y aumentado el riesgo de padecer caries dental.  Está demostrado que el azúcar es la principal causa de caries, especialmente en los más pequeños, ya que consumen alimentos como galletas, helados o golosinas.

Debemos procurar de sustituir los alimentos más azucarados por otros más saludables, por ejemplo, bebiendo agua en lugar de refrescos azucarados. También es conveniente no picar entre horas y cuidar la higiene bucodental, con especial atención a los niños. Finalmente, es muy recomendable realizar un cepillado correcto después de cada comida y visitar con frecuencia a nuestro dentista de confianza.